domingo, 1 de junio de 2014

BRASIL COLATERAL

Dos consideraciones sobre la REALIDAD mexicana
José Luis Ayala / Joslar Sport


Definida como “verdad o hecho que ocurre verdaderamente por contraposición a lo que podría imaginarse”, la REALIDAD es el gran problema de la selección mexicana de futbol. Y lo es porque señala cosas muy distintas a lo que nos gritan los marcadores obtenidos de manera reciente.

Un final de 3-1 en favor del conjunto azteca ante Ecuador, bien podría señalar una estupenda victoria en duelo de preparación y un ideal resultado para animar e impulsar las ganas de triunfo de los jugadores, de cara al inicio del Campeonato Mundial Brasil 2014.

Pero… y es que nunca falta el pero, la REALIDAD señala que se trata de un resultado que no refleja de manera legítima lo acontecido en Texas, donde un lleno total en las gradas del Cowboys Stadium atestiguó una victoria lograda con los chispazos del talento individual, como respuesta a la falta de un esquema claro y definido. Bajo el alto costo de la inmadurez futbolística que propició las lesiones de Luis Montes y Rafel Márquez.

La REALIDAD indica que se le ganó a un equipo que dominó su eliminatoria en Sudamérica y que pocos días antes había logrado obtener un empate ante Holanda, conjunto marcado por la empresa Goldman Sachs, especialista en mediciones, como el quinto con mayores posibilidades de obtener el título en la nación verde amárela, con un porcentaje de 5.6 por ciento.
Sin embrago esta misma REALIDAD, lejos de permitir abrir las puertas a la esperanza, nos señala que los tres goles no fueron logrados en jugadas de conjunto o planes trazados desde la práctica por los integrantes del cuerpo técnico, sino que se marcaron en jugadas individuales que contaron con una amplia dosis de atrevimiento por parte de quienes sacaron el disparo que terminó por estamparse en la red: Luis Montes al minuto 35, Marco Fabián al 69’ y Giovani dos Santos al 77’.

Pero… otra vez el pero, esta situación no es del todo mala, ya que esta misma REALIDAD, que marca la existencia de una falta de conjunción sobre la cancha, señala que el atrevimiento podría ser ese recurso que permita al equipo mexicano la obtención de las pequeñas metas.

La historia nos dice que los técnicos nacionales han buscado por siempre que los jugadores mexicanos antes de intentar patear el balón a la portería, logren llevarlo hasta la última zona del campo, sin embargo esa misma historia señala que en torneos mundiales los goles más recordados en favor del equipo azteca, han caído mediante disparos a grande distancia, como los ejecutados por Manuel Negrete, Luis García o el propio Cuauhtémoc Blanco.

La gran mayoría de los técnicos que han dirigido al Tri en los últimos años, quisieran que cada elemento guiara el balón hasta la mismísima puerta, como lo hiciera Maradona en el afamado gol que le metió a Inglaterra el 22 de junio de 1986 en el Azteca. Pero nuestros jugadores no son Maradona y jugadas así, quizá solo se repiten una vez en la vida, como lo hizo Messi con aquel tanto, el 18 de abril de 2007 ante el Getafe.

Es así que el atrevimiento mostrado en los dos últimos duelos se transforma en una variante que nadie esperaba, seguramente ni el propio Miguel ‘Piojo’ Herrera. Una variante que podría abrir la perta para que el equipo mexicano logre la obtención inicial de las metas pequeñas.

LA REALIDAD DE LOS GOLPES


A más de 24 horas de haber atestiguado la lamentable e impresionante manera en que Luis Montes sufrió una doble fractura en su pierna, resulta aún incomprensible el entender ´como un jugador profesional no asimila el correcto significado del término ‘partido amisto’.

Amistoso pre mundialista, en donde la idea es asimilar el esquema del técnico y obtener cohesión con el resto de los compañeros, más no así el disputar los balones como si de su obtención dependiera la vida.

Es así que una vez más la REALIDAD nos señala significados distintos a los expresados. En televisión, radio y en la mayoría de los espacios de prensa escrita se ha señalado que el ecuatoriano Segundo Castillo se excedió en la fuerza, pero al ver la jugada es evidente que el mexicano no comprendió tampoco que jugadas así no se requieren en juego amistoso.

Disputar el balón y no ‘arrugarse’ son dos aspectos que caracterizan a Montes, pero a dos semanas de iniciar un mundial, el jugador debe entender que es él el primer responsable de mantener intacta su oportunidad de estar presente en la justa.

“El fútbol roba y no siempre devuelve (…)"El Chapo" había encandilado al pueblo mexicano, ávido de estrellas que guiaran al Tri en Brasil. Su elegancia, su control, su visión y su gran pegada, como se pudo ver contra Ecuador cuando sacó un potente zurriagazo para hacer el 3-1, se echará en falta en tierras brasileñas, como también su carisma. El jugador estaba totalmente integrado, haciendo piña, alegre como únicamente es él”, son parte de las palabras con las que el diario español Marca reportó la despedida de Montes del certamen mundialista, palabras que no serían necesarias si al jugador se le hiciera comprender el verdadero significado de ‘juego amistoso’.


Rafel Márquez, primer confirmado por Miguel Herrera como miembro de la selección, es otro de los que ni con su mayor experiencia ni con el mundo futbolístico recorrido ha comprendido que existen jugadas e intensidades que no se escriben en el guión de un amistoso, Más aún cuando, como es su caso, las intenta un jugador que pareciera contar con cuerpo de cristal.

Algunos dirán que la disputa de aquel balón, que dejó al capitán mexicano con la sospecha de una fractura -que por la madrugada se ha confirmado no existe- era para Márquez una muestra de autoridad, pero la REALIDAD señala que esas muestras solo en competencia real deben ser manejadas.


No hay fractura en el caso de Márquez, pero es seguro que su rendimiento ya no será el esperado, por lo que a partir de estas pérdidas habrá que comprender la nueva REALIDAD  del equipo nacional, en la que podría, con la herramienta del disparo a larga distancia, modificar a su favor ese margen de 0.1 por ciento que se le da de oportunidad para ser monarca, o de disminuirlo si para los dos partidos restantes de la preparación, los jugadores no entienden que se trata de simples amistosos.


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